lunes, 28 de abril de 2014

Traducción adaptada al inglés de Luciano DDeor. 20 y su pésima re-traducción al castellano

Hace poco compartí una traducción de la versión de Luciano del Juicio de Paris (DDeor. 20). Resulta que encontré otra, que más bien parece una adaptación libre del texto de Luciano. La traducción está hecha hacia el inglés, pero Stephanie García ha compartido una pésima re-traducción de ese texto al castellano. Espero que no se trate de su propia traducción.

Un primer aspecto que llama la atención de esta traducción es el hecho de que la primera mitad del relato (o diálogo) ha sido completamente omitida. La acción comienza cuando Hermes y las diosas ya se han encontrado con Paris. Y el primer parlamento es de Hera pidiéndole a Paris que sea el juez de las diosas. Este detalle me llama mucho la atención no solamente porque en el texto de Luciano es Hermes quien le hace la solicitud a Paris, sino porque hay algunos testimonios artísticos de Hera entregándole la manzana a Paris para que juzgue a las diosas, como si ella representara la voluntad de Zeus en este episodio. Los ejemplos más claros de este episodio en el arte son una ánfora nolana ática de figuras rojas, c. 470 a.C., Londres E289, BAD 207616; una hidria ática de figuras rojas, c. 470 a.C., Londres E178, BAD 205649, y una ánfora ática de figuras rojas, c. 450 a.C., Londres E257, BAD 206989.

Pero quien haya hecho la adaptación omitió un detalle que es recurrente en los vasos que representan a Hera entregándole la manzana a Paris para que juzgue. Cuando Hera cumple con este papel, Hermes no es visible en la escena: su papel se ha vuelto innecesario para la historia, puesto que ahora será Hera quien transmita la voluntad de Zeus al príncipe-pastor.

Otro aspecto interesante de esta traducción adaptada de Luciano es que, cuando Afrodita le ofrece a Helena como esposa, Paris declara que él ya está casado. Esta versión de la historia es la que narró originalmente Ovidio en las Heroidas (5.33-40), si bien Stinton (1965) cree que puede remontarse a la época helenística.

Así, pues, resulta que esta traducción adaptada al inglés y su re-traducción al castellano resultan tanto penosas e intrigantes al mismo tiempo, si bien lo penoso reside más en la re-traducción y lo intrigante reside más en la traducción adaptada.

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