miércoles, 20 de abril de 2016

Lucas Cranach el Viejo 1515

Fuente: Delcampe.net
Lucas Cranach el Viejo pintó al menos trece versiones distintas del Juicio de Paris entre 1512 y 1545. Si la cronología es correcta, esta es la segunda reproducción de la historia pintada por Cranach: está datada hacia 1515. Todas las versiones de Cranach tienen la peculiaridad de contextualizar la historia en un ambiente medioeval: Paris y Hermes son caballeros y llevan armadura; las diosas son doncellas ricamente adornadas, aunque estén desnudas. Un Eros suele aparecer retratado en el cielo apuntando hacia las diosas. Siempre de pie, ellas son retratadas de espalda (Atenea), de frente (Hera) y de costado (Afrodita). Hera suele tener un gesto característico, además: extiende el dedo índice de una mano.

El hecho de que Paris esté durmiendo junto a un árbol puede señalar hacia su condición solitaria (Eurípides Andr. 281 e IA 573-585) o hacia la tradición según la cual él soñó el episodio del Juicio (Dares el Frigio). Cualquiera de estas alternativas aparece como plausible en el periodo renacentista de la pintura. En ella, Hermes sacude a Paris para que se despierte y extiende hacia él la manzana de la Discordia para que juzgue a las diosas que entraron en disputa. El paisaje que rodea la escena, incluyendo un caballo y un castillo, acentúan la actualización temporal de la historia que hace Cranach, llevándola a la Europa central del siglo 16to: el resultado no es decepcionante en ninguna medida, sino que admirable.

martes, 19 de abril de 2016

Película muda de Georges Hatot 1902

Imagen: Film Affinity
Si no es la primera, ha de ser una de las más antiguas películas que representan la historia del Juicio de Paris. Dura apenas un minuto y narra muy resumidamente el mito. Para comenzar, Paris baja por unas escaleras en un paraje aparentemente desolado hacia una planicie. Viene escasamente vestido con un pétaso (como en muchas vasijas áticas), una túnica corta y una capa: lleva un cayado de pastor en la mano derecha.

En la explanada, admira el entorno montesco en el que se encuentra y, de forma repentina, unas rocas se separan en el muro de un risco y tres mujeres completamente desnudas aparecen desde atrás. Cuando recién las ve, ellas están tomadas de las manos como las Tres Gracias, lo cual grafica la importancia o popularidad que tenía la tesis de Jane Harrison con respecto a las representaciones artísticas del Juicio de Paris en ese entonces. Cada una de ellas se acerca por separado a Paris para exponerse ante él y, simultáneamente (asumo), ofrecer su respectivo regalo. Si nos guiamos por el orden tradicional en el que las diosas son examinadas (Higino Fab. 92 & Luciano DDeor. 20), la primera debe ser Hera, la segunda es Atenea y la tercera es Afrodita: ninguna de ellas lleva alguna de sus señales características, de manera que no encuentro otro método para identificarlas. Habría sido más fácil si la reproducción de la película que encontré en YouTube —sí, encontré una copia en YouTube de esta película muda de 1902 (!)— incluyera la parte final de la historia, en la que Paris le entrega la manzana dorada de la Discordia a Afrodita. Lamentablemente, esta reproducción solamente llega hasta un punto en el que Paris está cogiendo la manzana entre sus manos para disponerse a premiar a la diosa del amor, pero la premiación misma no alcanza a tener lugar. Obviamente, la diosa de el medio es Afrodita no solo porque fue la última en acercarse, sino porque ocupa un lugar preponderante en concordancia con la victoria que obtendrá en el Juicio.

Aparte del director, Georges Hatot, en esta película participó la actriz Jeanne Noël como Afrodita. Ignoro los nombres de quienes representaron los otros personajes.

La película, pues, es una rara exquisitez poco conocida (la reproducción de YouTube tiene apenas 85 visitas mientras escribo este texto), una joya de la gloriosa época del cine mudo y un testimonio de la importancia y popularidad del Juicio de Paris hace 114 años.

viernes, 8 de abril de 2016

Juice ≠ Juicio

Fuente: Falsos Amigos

Ignacio Aguirre recuerda la historia del Juicio de Paris para llamar la atención sobre la palabra castellana «juicio» como faux ami de la inglesa «juice». Señala, no obstante, que ambas provienen del latín ius, si bien evolucionaron de forma distinta y cada una proviene desde una acepción diferente.

El blog de Ignacio resulta útil y original. La redacción de la entrada acerca del Juicio es honesta y admirable. La experiencia de haber encontrado su blog me satisface porque se nota que la escritura no es mecánica, como en otros, y porque expresa su opinión de forma abierta y transparente.

En la imagen que él mismo diseñó, se observa un vaso con jugo (aparentemente de naranja) sobre una barra frente a la cual Paris se sienta apoyando el codo para contemplar a las diosas. Ellas posan semidesnudas sobre el césped frente a Paris, pero el halo que rodea a cada una hace parecer que flotan. Bajo la barra sobre la cual Paris apoya su codo está inscrita la leyenda «ΤΗ ΚΑΛΛΙΣΤΗ», que significa «para la más bella» y estaba grabada en la manzana dorada de la Discordia de acuerdo con la version de Higino (Fab. 92), una de las más populares en la época moderna. La ortografía correcta de esta expresión no es la de la imagen, sino «Τ^Ηι ΚΑΛΛ´ΙΣΤΗι»: para señalar claramente el caso dativo del artículo y el sustantivo resulta necesario indicar claramente los acentos (circunflejo y agudo) y las iotas adscritas a las etas finales. Me gusta, por cierto, el detalle del gorro frigio sobre la cabeza de Paris, presente desde representaciones antiguas, especialmente en los espejos etruscos y las vasijas suditálicas. El testimonio más antiguo que conozco de Paris con el gorro frigio es un esquifo ático de figuras rojas, del Pintor de Dánae, c440 aC en Siracusa 2406, lo cual significa que existen al menos 242 representaciones anteriores del Juicio sin que aparezca el motivo del gorro frigio. No tengo claro por qué habrá aparecido recién en la segunda mitad del siglo 5to aC, pero parece una cuestión interesante para indagar.