lunes, 21 de noviembre de 2016

La Fura del Baus en Monterrey 2014

En agosto del 2014, se realizó el evento «Nuevo León: Polo Cultural 2014» en Monterrey (Nuevo León). Como parte de las actividades, la compañía de teatro española Fura del Baus presentó un montaje sobre el Juicio de Paris, el cual incluyó una marioneta gigante que representaba a Afrodita.
No conozco mucho sobre obras de artes escénicas que representen el Juicio de Paris. Recuerdo haber leído una comedia inglesa del siglo 18vo con este tema, pero nada más. Y escribí, por cierto, acerca de una película del año 1902, dirigida por Georges Hatot. También tengo memoria de un comercial que se refería tangencialmente al mito, mostrando a tres mujeres que logran a engañar a un hombre en un bar para robarle la billetera.

El antecedente antiguo más popular para estas representaciones es el diálogo de Luciano (DDeor. 20) «Juicio de Diosas», pero contamos con varias menciones sobre el evento del Juicio en las tragedias de Eurípides (Andr. 274-292, Hec. 638-649, Hel. 22-30 348-359 & 673-683, IA 71-77 164-184 573-589 & 1284-1312 y Tr. 924-931 & 971-981) y sabemos que hubo obras escénicas mostrándolo: la tragedia Krisis, de Sófocles y el drama satírico Dionysalexandros, de Cratino. De Sófocles conservamos algunos fragmentos y, de Cratino, un completo resumen con la trama. También existe una tragedia perdida de Eurípides titulada Alexandros, en la que se representa el reconocimiento de Paris, y la versión latina de esta tragedia, Alexander, escrita por Ennio: esta obra, no obstante, no pone el Juicio sobre la escena.

Ignoro el talante del montaje escenificado por Fura del Baus, pero imagino que debe estar más cerca de Luciano que de los dramaturgos más antiguos. La popularidad del «Diálogo de Diosas» y la forma del teatro actual indican fuertemente en esta dirección. El uso de una marioneta gigante me parece una importante pieza de evidencia en favor de esta hipótesis también. Aún así, me intriga saber cómo esta compañía presenta la historia del Juicio: espero que pueda despejar esta duda algún día.

miércoles, 20 de abril de 2016

Lucas Cranach el Viejo 1515

Fuente: Delcampe.net
Lucas Cranach el Viejo pintó al menos trece versiones distintas del Juicio de Paris entre 1512 y 1545. Si la cronología es correcta, esta es la segunda reproducción de la historia pintada por Cranach: está datada hacia 1515. Todas las versiones de Cranach tienen la peculiaridad de contextualizar la historia en un ambiente medioeval: Paris y Hermes son caballeros y llevan armadura; las diosas son doncellas ricamente adornadas, aunque estén desnudas. Un Eros suele aparecer retratado en el cielo apuntando hacia las diosas. Siempre de pie, ellas son retratadas de espalda (Atenea), de frente (Hera) y de costado (Afrodita). Hera suele tener un gesto característico, además: extiende el dedo índice de una mano.

El hecho de que Paris esté durmiendo junto a un árbol puede señalar hacia su condición solitaria (Eurípides Andr. 281 e IA 573-585) o hacia la tradición según la cual él soñó el episodio del Juicio (Dares el Frigio). Cualquiera de estas alternativas aparece como plausible en el periodo renacentista de la pintura. En ella, Hermes sacude a Paris para que se despierte y extiende hacia él la manzana de la Discordia para que juzgue a las diosas que entraron en disputa. El paisaje que rodea la escena, incluyendo un caballo y un castillo, acentúan la actualización temporal de la historia que hace Cranach, llevándola a la Europa central del siglo 16to: el resultado no es decepcionante en ninguna medida, sino que admirable.

martes, 19 de abril de 2016

Película muda de Georges Hatot 1902

Imagen: Film Affinity
Si no es la primera, ha de ser una de las más antiguas películas que representan la historia del Juicio de Paris. Dura apenas un minuto y narra muy resumidamente el mito. Para comenzar, Paris baja por unas escaleras en un paraje aparentemente desolado hacia una planicie. Viene escasamente vestido con un pétaso (como en muchas vasijas áticas), una túnica corta y una capa: lleva un cayado de pastor en la mano derecha.

En la explanada, admira el entorno montesco en el que se encuentra y, de forma repentina, unas rocas se separan en el muro de un risco y tres mujeres completamente desnudas aparecen desde atrás. Cuando recién las ve, ellas están tomadas de las manos como las Tres Gracias, lo cual grafica la importancia o popularidad que tenía la tesis de Jane Harrison con respecto a las representaciones artísticas del Juicio de Paris en ese entonces. Cada una de ellas se acerca por separado a Paris para exponerse ante él y, simultáneamente (asumo), ofrecer su respectivo regalo. Si nos guiamos por el orden tradicional en el que las diosas son examinadas (Higino Fab. 92 & Luciano DDeor. 20), la primera debe ser Hera, la segunda es Atenea y la tercera es Afrodita: ninguna de ellas lleva alguna de sus señales características, de manera que no encuentro otro método para identificarlas. Habría sido más fácil si la reproducción de la película que encontré en YouTube —sí, encontré una copia en YouTube de esta película muda de 1902 (!)— incluyera la parte final de la historia, en la que Paris le entrega la manzana dorada de la Discordia a Afrodita. Lamentablemente, esta reproducción solamente llega hasta un punto en el que Paris está cogiendo la manzana entre sus manos para disponerse a premiar a la diosa del amor, pero la premiación misma no alcanza a tener lugar. Obviamente, la diosa de el medio es Afrodita no solo porque fue la última en acercarse, sino porque ocupa un lugar preponderante en concordancia con la victoria que obtendrá en el Juicio.

Aparte del director, Georges Hatot, en esta película participó la actriz Jeanne Noël como Afrodita. Ignoro los nombres de quienes representaron los otros personajes.

La película, pues, es una rara exquisitez poco conocida (la reproducción de YouTube tiene apenas 85 visitas mientras escribo este texto), una joya de la gloriosa época del cine mudo y un testimonio de la importancia y popularidad del Juicio de Paris hace 114 años.

viernes, 8 de abril de 2016

Juice ≠ Juicio

Fuente: Falsos Amigos

Ignacio Aguirre recuerda la historia del Juicio de Paris para llamar la atención sobre la palabra castellana «juicio» como faux ami de la inglesa «juice». Señala, no obstante, que ambas provienen del latín ius, si bien evolucionaron de forma distinta y cada una proviene desde una acepción diferente.

El blog de Ignacio resulta útil y original. La redacción de la entrada acerca del Juicio es honesta y admirable. La experiencia de haber encontrado su blog me satisface porque se nota que la escritura no es mecánica, como en otros, y porque expresa su opinión de forma abierta y transparente.

En la imagen que él mismo diseñó, se observa un vaso con jugo (aparentemente de naranja) sobre una barra frente a la cual Paris se sienta apoyando el codo para contemplar a las diosas. Ellas posan semidesnudas sobre el césped frente a Paris, pero el halo que rodea a cada una hace parecer que flotan. Bajo la barra sobre la cual Paris apoya su codo está inscrita la leyenda «ΤΗ ΚΑΛΛΙΣΤΗ», que significa «para la más bella» y estaba grabada en la manzana dorada de la Discordia de acuerdo con la version de Higino (Fab. 92), una de las más populares en la época moderna. La ortografía correcta de esta expresión no es la de la imagen, sino «Τ^Ηι ΚΑΛΛ´ΙΣΤΗι»: para señalar claramente el caso dativo del artículo y el sustantivo resulta necesario indicar claramente los acentos (circunflejo y agudo) y las iotas adscritas a las etas finales. Me gusta, por cierto, el detalle del gorro frigio sobre la cabeza de Paris, presente desde representaciones antiguas, especialmente en los espejos etruscos y las vasijas suditálicas. El testimonio más antiguo que conozco de Paris con el gorro frigio es un esquifo ático de figuras rojas, del Pintor de Dánae, c440 aC en Siracusa 2406, lo cual significa que existen al menos 242 representaciones anteriores del Juicio sin que aparezca el motivo del gorro frigio. No tengo claro por qué habrá aparecido recién en la segunda mitad del siglo 5to aC, pero parece una cuestión interesante para indagar.

sábado, 19 de marzo de 2016

Salvador Dalí 1963-65

Fuente: Amorosart
El color de los trazos y el tamaño de las figuras marcan una diferencia insalvable entre Paris, el mortal devenido juez de la belleza, y las diosas. Esta diferencia resulta crucial en la interpretación de la historia del Juicio: Paris es un mortal y no tiene, por lo tanto, el derecho de juzgar—menos aún de hacerlo sobre las diosas. Al hacerlo, incurre en desmesura y se condena tanto a sí mismo cuanto a Troya, la ciudad de su padre. La representación de un Paris achicado como forma de representar su pequeñez frente a los dioses se puede observar en una ánfora etrusca de figuras negras (c470 aC) en Berlín, publicada por Borrelli & Targia (2004: 98s). No es el caso, por ejemplo, del plato ático de figuras negras (575-550 aC), del Pintor de Ready, en Delos 6096.93/633: aquí la pequeñez de Paris se explica por la falta de espacio en la vasija decorada.

Las diosas, completamente desnudas y sin rostro, se abrazan como si fuesen las Gracias haciendo una ronda (cf Harrison 1886). La ausencia de rostro, aquí, forma parte de la desnudez: estas diosas se han corporalizado a tal punto que carecen de algo más para ofrecerle a Paris que la fisicidad de sus cuerpos. Dalí omite los regalos de las diosas en su grabado, pero no puede sino hacerlo a propósito: o los considera irrelevantes en relación con el concurso de belleza o los estima una extensión del «vacío corporal» que cada una de las diosas le ofrece al pastor-juez.

La imagen interpuesta forma parte de la oferta de Puccio Fine Art en AmorosArt. Según la ficha del ítem, el precio está sujeto a la demanda de reproducciones, de manera que resultaría un tanto aventurado estimar un valor. No parece, de todas maneras, una mala oportunidad para conseguir una copia de buena calidad de este grabado.

Bibliografía

Borrelli, Federica & Maria Cristina Targia, 2004, The Etruscans: Art, Architecture and History, Los Ángeles (CA): Getty Publications.

Harrison, Jane Ellen, 1886, «The Judgement of Paris. Two unpublished vases in the Graeco-Etruscan Museum at Florence», The Journal of Hellenic Studies 7, 196-219.

viernes, 18 de marzo de 2016

Visita a Louvre MA3443

Imagen: TripAdvisor

El usuario PPCI-BG, italiano de 50-64 años, visitó el Museo del Louvre en marzo del 2014 y tomó esta fotografía del famoso mosaico de Antioquía (130-150 dC). El mosaico, que decoraba el piso de una habitación junto con otro más en el piso y otro en un muro, muestra a Mercurio de pie detrás de Paris. Este se sienta sobre una roca bajo un árbol frente a las tres diosas. Tanto Juno cuanto Venus sostienen un cetro, mientras que Minerva sostiene una lanza. Hay dos columnas en la escena: una en el centro y otra a la derecha. La primera tiene un ánfora dorada encima y la segunda tiene a Cupido encima. A la izquierda de la escena, sobre una roca, Psique está de pie con una antorcha encendida. La escena está rodeada por hojas de parra.

Este mosaico es famoso por su belleza y su excelente conservación. Resulta notable la calidad de la obra en comparación, por ejemplo, con el mosaico de Casariche. La disposición de Paris-Hermes a un lado y las diosas al otro no solo se encuentra en estos dos mosaicos, sino que en un gran número de representaciones del Juicio de Paris. Las diosas se muestran ante Paris para que él decida quién de entre ellas es la más hermosa. Paris, en tanto, se voltea para escuchar a Hermes, quien lo instruye sobre las condiciones del Juicio. La presencia de Cupido y de Psique auguran el triunfo de la diosa del amor. La antorcha que sostiene Psique, por su parte, recuerda a aquella que dice haber visto Hécuba, la madre de Paris, saliendo de su vientre e incendiando Troya en un sueño (Hyg. Fab. 91). De manera que, con los pocos elementos que contiene, el mosaico relata no solamente la competencia de las diosas, sino que también el resultado del Juicio y las nefastas consecuencias que tuvo para Alejandro y los troyanos.

La fotografía tomada por PPCI-BG captura el colorido de este mosaico, que parece más opaco en otras fotografías.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Novela de Jaime Morell (2008)

Fuente: Lecturalia
Jaime Morell nació el año 1976 en Palma de Mallorca. Publicó la novela El Juicio de Paris el 2008 (Viamagna).

La trama de la novela implica el asesinato de una alumna de Historia del Arte y el robo de una obra de Rubens desde el Museo del Prado de acuerdo con la sinopsis escrita por un escritor fantasma para Lecturalia. Aunque el escritor no lo dice, el título del libro sugiere que la pintura es un Juicio de Paris de 1606-1608. A esta pintura me refería en la entrada anterior cuando dije haber omitido una de las que conforman la serie de Rubens sobre este tema. Así que la secuencia completa sería 1606-8, 1625, 1632, 1636 y 1639. Supongo que dedicaré otra entrada a analizar en profundidad esta completa y notable serie de pinturas.

La usuaria Silvia_47, experta en comentar novelas, opina que la trama está bien construida, pese a cierta debilidad hacia el tercer cuarto de la historia.

El argumento difiere, en lo fundamental, del de la novela de Gore Vidal. Me recuerda, no obstante, La Tabla de Flandes (1996, Buenos Aires: Aguilar), de Arturo Pérez-Reverte: una novela cuya lectura no he podido tolerar hasta ahora. De todas maneras, la atmósfera criminal inscrita en un ámbito de la cultura que parece reservado para «los iniciados» hace que haya al menos una semejanza formal con Gore Vidal, quien describe una élite a la que el protagonista espera acceder.

La novela de Morell está disponible en AbeBooks (25.811CL$) y Biblio.com (41.030CL$). La presencia de apenas dos ejemplares en el mercado resulta curiosa y augura un incremento del precio independientemente de la calidad literaria de la obra.

martes, 15 de marzo de 2016

Rubens 1639 en ArteHistoria

Imagen: Daiquiri Blues
Miguel compartió en su blog, hace poco más de año y medio, un video de ArteHistoria acerca de la famosa pintura de Rubens 1639, la cual he comentado hace no mucho tiempo. El análisis de ArteHistoria se concentra en aspectos formales fáciles de detectar, pero útiles para una interpretación más completa de esta obra y de las otras que pintó Rubens sobre el mismo tema.

La reconstrucción que hice la última vez acerca de las pinturas de Rubens omite una de ellas, que desconocía hasta ahora, pero que incluiré y comentaré en el futuro para darle sentido global al conjunto de obras en las que este pintor representó el Juicio de Paris.

El canal de YouTube de ArteHistoria cuenta con material desde hace ocho años. El más reciente fue subido hace ocho meses. El video comentado aquí y compartido por Miguel data de hace siete años y medio, así que está entre los materiales más antiguos del canal. Se trata, al parecer, de una fuente valiosa de información y comentarios informados acerca de obras artísticas relevantes.

viernes, 1 de enero de 2016

Pintura de Eduard Lebiedzki (1906)

Fuente: Pinterest de Isolde

El pintor austriaco Eduard Lebiedzki hizo esta pintura en 1906. No he podido averiguar dónde está la pintura: la falta de información al respecto quizá señale que se encuentra en una colección privada.

Paris está sentado sobre una roca y sostiene la manzana dorada en su mano derecha. Frente a él, una de las diosas posa desnuda, sosteniendo un manto con sus manos y antebrazos. La diosa mira fijamente a Paris, como tratando de controlar su mente para convencerlo de que la escoja a ella como la más hermosa. La posición de la diosa y la guirnalda de flores en su cabeza señalan que se trata de Afrodita. A la derecha se encuentran Hera, sentada y pensativa, y Atenea, cubriendo de inmediato su desnudez luego de haber sido examinada.

La escenificación puede compararse con la del mosaico de Casariche o con varios espejos etruscos, en los cuales Afrodita suele posar desnuda frente a Paris. Lebiedzki ha caracterizado la desnudez de las tres diosas, un tema favorecido por la pintura posmoderna e inspirado en la versión literaria de Luciano (siglo 2do aC).

La representación de las diosas las muestra lánguidas, melancólicas. Sus rostros reflejan estos rasgos, pero también lo hace la posición de los cuerpos tanto de las diosas cuanto de Paris: con un hombro visiblemente más abajo que el otro y la tensión de un brazo o pierna mientras el otro se ve relajado. El cielo nublado de la pintura refuerza la moderación anímica de la obra. Lo mismo hace la escasez de vegetación en torno al grupo de las diosas y Paris, así como la ausencia de otros personajes y de animales.

Este «decaimiento» anímico puede obedecer a un afán moderador de las emociones o a una visión pesimista respecto con las consecuencias del Juicio o a una focalización negativa del mundo decimonónico.